Una vez me equivoqué de camino y llegué hasta el sitio en el que se juntaron, un día, tu vida y la mía.
Allí comprobé que todas las cosas que en otro tiempo me habías dicho, no existían y en el caso de existir, apenas tuvieron valor. ¿Por qué? Pues porque el día que aquel camino dejó de juntarse (esta vez por decisión mía) prometiste cientos de cosas...
Cientos de cosas que se perdieron en medio de la noche con un par de tragos de vodka y la decisión de que(por despecho u orgullo)yo era ya un peregrino de otro camino.