Y la gente, va y viene. De vez en cuando parece que se calma el aire o sin previo aviso se pone a llover. Vendo un par de zapatillas o unas botas y todo vuelve a empezar: el vaivén de personas, la calma, el agua, las zapatillas... y alguna que otra cosa de las que acaban con la rutina como alguna llamada de teléfono o la visita inesperada de un viejo amigo. Creo que ya no recordaba estos sábados por la mañana.
Reseña literaria Lore de Alexandra Bracken
Hace 2 años
Las pequeñas grandes cosas :D
ResponderEliminarhe estado echándole un vistazo a ambos blogs y me gusta la manera que tienes de traducir la vida en palabras
ResponderEliminarun placer, me quedo :)
Muy buena entrada :) Y muy buen blog! Te sigo yo también! un besitoo
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